La oración es un arma poderosa por medio de la cual nos comunicamos con Dios. La oración nos une más a Dios. También la oración nos permite conocer más a Dios. Cuando oramos, entablamos una comunicación divina con nuestro Dios. Por medio de la oración podemos encontrar aliento para nuestras almas y la respuesta a nuestros problemas. Juan 15:7, nos enseña acerca de la importancia de la oración y la fidelidad hacía nuestro Dios. Para que nosotros podamos recibir respuesta a nuestras oraciones hay 2 condiciones. La primera es que debemos permanecer en Dios. Permanecer en El significa que debemos amarle, adorarle y servirle todo el tiempo, y serle fiel. También debemos obedecer y vivir su palabra cada día. Dios le recordó al pueblo de Israel que guardaran su palabra y que enseñaran a sus hijos a guardar su palabra día y noche. El versículo termina diciendo que “pidamos todo lo que queramos y os será hecho”. Si nosotros somos fieles y obedecemos Su palabra y tenemos fe, que Él nos dará lo que le pedimos; entonces recibiremos la respuesta. 

La oración tiene poder. Hay un canto precioso que canta el salmista Oscar Medina que dice; “El poder del cristiano está en la oración, el que ora constante vencerá en todo tiempo la tentación. El poder del cristiano está en Jesús y Cristo nos dijo ora siempre, siempre porque la respuesta está en la oración. El enemigo caerá vencido, caerá antes tus pies; y en toda lucha y en toda prueba tu podrás vencer. Si oras ferviente con toda tu mente y tu corazón, las fuerzas del mal querrán destruirte y tu fe herirte, pero no podrán.”

  En los momentos más difíciles de mi vida, la oración es la que me ha sostenido. Me he encontrado en pruebas muy difíciles y la oración ha sido como un bálsamo para mi vida. Dios ha hecho cosas grandes en mi vida por la oración. El Salmos 37:4 dice: “Deléitate en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón”. Cuando nos deleitamos en Dios y le somos fieles a él; el concede nuestras peticiones de nuestro corazón. Para mí el deleitarse significa tener esa relación íntima con Dios. Significa hablar con Dios y derramar mi vida en su presencia. 

    Martin Lutero dijo: “La oración no es para cambiar los planes de Dios, es para confiar y descansar en su soberana voluntad”. Cuando oramos debemos de creer que Dios hará siempre su voluntad en nuestras vidas y que nosotros no podemos cambiar sus planes. 

Walter Montes