Día ➊➋
“Busca a Dios en oración de todo corazón”
Jeremías 29:12 dice:
“En esos días, cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme”, (NTV).
Cuando venimos a la presencia de Dios lo hacemos con un corazón humilde, a postrarnos de rodillas ante Dios y despojándonos de lo que andamos cargando en nuestras vidas. Hablar con Jesús de una manera donde podemos expresarle todo lo que nos agobia es decirle sin mentiras cómo nos sentimos. Es de esa manera que venimos a invocarle en oración sabiendo que Jesús está atento a escucharnos y que sabe que tenemos una gran necesidad de que escuche nuestras oraciones.
A veces traemos el corazón chiquito del dolor que tenemos por la angustia o situaciones que vivimos en nuestras vidas. Solo Dios nos entiende porque nos conoce y conoce nuestros pensamientos. Dios escudriña nuestro corazón, y sabemos que el Señor tiene pensamientos de bien y no de mal y por eso oramos en el nombre de Jesús nuestras oraciones.
Por lo tanto, nuestras oraciones deberían ser insistentes como la historia de la viuda que encontramos en Lucas 18:1. Esta viuda fue persistente al juez para que le hiciera justicia. Así deben de ser nuestras oraciones, insistentes. Que no oremos por compromiso o porque el Pastor nos diga que tenemos que orar, o la demás gente. Dios no quiere oraciones rutinarias, ni frías, quiere un corazón sincero y humilde. Porque si guardamos pecado en nuestro corazón, este es el momento de despojarnos y sacar las raíces de amargura y de tanta inmundicia que cargamos dentro. Es tiempo de pedir perdón. Porque si no sacamos ese pecado, nuestras oraciones son en vano y eso nos impide tener una relación genuina con Dios. No seamos cristianos solo los domingos. Dios quiere que tengamos un corazón humilde y honesto. La Biblia dice:
“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. En esos días, cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme”.