Día

“Echa la red”

Primeramente, quiero darles las gracias por permitirme participar en estos 28 días de oración. Mi deseo es que el Señor hable a las vidas de todas las personas, a las que pueda llegar este mensaje, así como lo hizo conmigo. 

 

     En segundo lugar, le pido a Dios nos continúe guiando a través de las batallas que enfrentamos como creyentes. El historiador Lucas, nos da un ejemplo de fe que aun cuando hemos hecho nuestro mejor esfuerzo en lo que hacemos y las cosas no salen como lo planeamos Dios nos dice, “en mi todo es posible”.

 

Respondiendo Simón, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes. Lucas 5:5

 

 

Después de Pedro tener un fracaso estrepitoso en la pesca Jesús le dice, “ahora ve a las aguas más profundas y echa tu red para pescar”, maestro respondió Simón Pedro; “hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada”, pero en “tu palabra echaré las redes nuevamente”. Quizás mi estimado amigo o amiga tú le dirías a Jesús he trabajado durante mucho tiempo y no logré nada. Muchas veces intenté dejar un vicio y nada cambio, intenté mejorar una relación y todo sigue igual, muchas veces intenté no caer en la tentación y caí. 

 

Pedro le dice al Señor, toda la noche hemos estado pescando y ni un solo pez pudimos atrapar. Algunas cosas amigo o amiga las ha hecho bien y otras no, sólo necesitas mantenerte firme porque la victoria está a un metro de ti. Quizá has luchado intensamente y estás más lejos que ayer de lograr el objetivo. ¡Animo! continúan adelante. 

 

Pedro, un pescador profesional había terminado una noche durísima de trabajo en altamar sin resultados. Los peces que tanto necesitaba para darle de comer a su familia no habían caído en esas redes en la playa. Limpia en silencio aquellas redes. Ese silencio es el silencio de la impotencia de regresar a su hogar con las manos vacías. El silencio de no saber cómo pagar las cuentas que se adeudan; es el mismo silencio que muchas veces hacemos nosotros ante la incapacidad de lograr lo que necesitamos sin verlo realizado.

 

Jesús te dice lo mismo que le dijo a Pedro, “ve a las aguas más profundas y echa tu red para pescar”, ándale inténtalo una vez más. ¿Qué pensaría Pedro aquella mañana? Sin lugar a duda una docena de pensamientos; no señor tú no sabes mucho de este negocio aquí el profesional soy yo. Además, a esta hora de la mañana ya no hay pesca acaba de amanecer y todos los peces han ido al fondo del mar. Señor las redes ya están limpias ¿sabes lo que cuesta limpiarlas? ¡no verdad! Señor me esperan en casa para el desayuno. Pedro quizá también pensó, no estoy seguro, no tengo ánimo, la lógica está en contra de ir a pescar, además estoy muy cansado. Pero, Señor solo porque me lo pides lo hare, “en tú palabra echaré nuevamente las redes”, no en la lógica, ni en la suerte, ni en el esfuerzo personal. 

Echar la red, no se trata de las veces que lo intentaste en tus fuerzas, sino trátalo una vez más en las fuerzas de Dios. Se trata de Jesús, que él va hace el milagro. Te propongo que lo intente nuevamente en las fuerzas de Dios, y deja que Dios haga la obra.  

Te propongo que te encamines mar adentro, que eches las redes otra vez con ese vicio que no has podido vencer, y vence tus temores. Eches las redes otra vez con esa relación lastimada para que sane por completo, con ese trabajo incompleto que no has podido terminar, con ese dolor antiguo que no te deja perdonar. Pero recuerda has todo en las fuerzas del Señor.

 

Edy Zepeda.